Choque cultural inverso: depresión post intercambio
Como diría Gabriel García Márquez “No llores porque terminó, sonríe porque sucedió”. Sabemos que regresar de un intercambio es doloroso y triste, pero estamos seguros de que llevarás el recuerdo por siempre en tu corazón y de que seguramente la experiencia te habrá impulsado a tener más intercambios en el extranjero.
¿Pero alguna vez te has preguntado a que se debe tanta tristeza y por qué no logras encajar del todo en tu hogar?, la respuesta la tienen tanto psicólogos como científicos y le han dado el nombre de “choque cultural inverso”, que básicamente es una depresión post intercambio.
Volver a casa es la parte más difícil del proceso porque ya se había construido una vida en el país de acogida, se hicieron hábitos, rutinas, así como un circulo social, por lo que decir adiós puede afectar mucho los sentimientos de la persona.
Como bien menciona Universia, cuando alguien que hizo una movilidad al extranjero vuelve a su país se siente vacío y nostálgico, no es el mismo a nivel intereses y personalidad, su panorama cambió, sus costumbres, su nivel de madurez, tolerancia, incluso la vivencia y manejo de su libertad, ya que al vivir lejos de los padres, la persona tuvo que poner a prueba su responsabilidad y capacidad de decisión.
Por otro lado, especialistas afirman que mientras mayor haya sido el lapso que el estudiante haya pasado de intercambio, mayor será el tiempo de reconstrucción de su vida normal en el país al que pertenece, el choque puede ser tan fuerte que incluso hay casos de personas que se sienten extranjeras permanentes porque no se adaptan a su país, pero ya tampoco pertenecen al lugar que los recibió durante su movilidad y en situaciones extremas se puede presentar el síndrome de Ulises, que es cuando una persona sufre de mucho estrés, ansiedad y se muda constantemente en busca de un sitio que los haga sentirse en casa .
El choque cultural inverso es como una segunda migración, lo que implica todo un proceso de duelo, porque la persona tiene que volver a conocerse y adaptarse a su entorno original, aunque sin duda traerá consigo costumbres de su país de acogida y aunque algunas veces dichas costumbres son bien aceptadas, hay otras en las que no y los conflictos con quienes los rodean se vuelven algo cotidiano.
Las 4 etapas del choque cultural inverso:
• Etapa de separación: a lo largo de esta se hacen los preparativos para el retorno a casa. Es el momento en que se hacen las fiestas de despedida y en las que se comienzan a generar los sentimientos de tristeza y resistencia al regreso.
• Euforia inicial: entusiasmo por el regreso. Las personas están entusiasmadas por volver a ver a sus amigos y familia e incluso empiezan a hacer planes de las miles de cosas que podrán hacer y que tanto extrañaron durante su periodo en el extranjero, sin embargo, al momento del reencuentro, suele haber desilusión porque en ocasiones las personas que los rodean no se sienten interesadas por conocer la experiencia de quien vivió el intercambio, mientras que el recién llegado solo querrá hablar de eso.
• Irritabilidad y hostilidad: hay ira, alienación, frustración, desorientación y desamparo, las personas que vivieron la movilidad estudiantil se sienten extrañas en su propio país y se vuelven críticas con su cultura. A largo plazo hay quienes incluso regresan al sitio donde hicieron su intercambio o buscan oportunidades en otros lugares para otra movilidad.
• Reajuste y adaptación: poco a poco se da la readaptación, en algunos casos se retoman hábitos previos, pero se desarrollan nuevas creencias, actitudes, hábitos y metas.